miércoles, 31 de enero de 2007

LECCIÓN 1: JUÉGALE, APUÉSTALE

Primera y primordialmente, EL AMOR, siempre con mayúsculas, debe ser el norte que guíe nuestros pasos. Por encima de todo, y ante todo, porque lo ES TODO. En esto, todos, no creo que nadie me contradiga, estamos en absoluto acuerdo. Pero... aunque lo sabemos, somos como Santo Tomás: de "ver para creer", no basta la FE (esa mini palabra tan fuera de moda). Aunque nos lo diga alguien cercano (es necesario siempre que nos lo diga el otro, un otro cualquiera, más o menos cercano o lejano, el AMOR viste de harapos, de humildad, de silencios...) somos tercos en la fe u olvidadizos... es fundamental que nos lo recuerden, pues se nos olvida a diario... si no, el milagro siempre estaría presente, patente (¡y lo está...!). Contradictorio el AMOR, ¿verdad?.Si cada minuto, cada hora, cada día y momento se nos recordara la presencia y fuerza del AMOR, seguramente seríamos mejores, en todos los sentidos, y el mundo, advocado al Paraíso, lo sería y estaría aquí y ahora; así de simple...o complejo, que todo es relativo. Pero vuelve la contradicción: mientras más lo escuchamos, más nos lo machacan, más lo rechazamos, dudamos y hasta hartamos de EL... y desviamos la senda, perdemos la estrella, los astros todos, y se hace la noche oscura (aunque necesaria también esta noche, este túnel). En fin, la vida, esta vida que medio conocemos, es un sin fin y necesario proceso de afines y opuestos... ¿por qué, para qué? Sólo el AMOR mismo lo sabe y nos lo quiere hacer saber a nos, torpes e incrédulos mortales. Ese es el sentido, creo, del AMOR, de la Vida. AMOR es Vida. Vida plena. La vida es "entrenamiento" para el AMOR, un AMOR final, auténtico, muy superior y más gratificante que eso que mal llamamos amor (así con minúsculas esta vez). La meta no nos ha sido revelada aún, aunque sí sugerida, generación tras generación, desde los orígenes mismos, por hombres sabios, enviados para tal fin. Tú conoces a muchos, demasiados, cercanos y lejanos, en tiempo y espacio. Su mensaje está al alcance de todos; basta ceder, abrir las celosías del corazón, la mente, el espíritu y que cada díaa tratan de ser desprestigiadas y subvaloradas por algún ángel malo, oscuro... Bien, por hoy basta de tanto palique... Te regalo este aforismo de un gran conocedor del AMOR, Leo Buscaglia, que trato de seguir a pies juntillas y nos ayuda a detectar el verdadero AMOR:
"El AMOR auténtico siempre crea, nunca destruye. En esto radica la única promesa del hombre". ¿Sublime verdad?.